VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

19 ago 2014

EL ENCOMIABLE LÉXICO DE MI AMADA MADRE.


Mi madre, mujer virtuosa donde las haya, se ha quedado dialécticamente anclada en los tiempos donde los humanos adoraban a las monas legañosas del Titicaca; es decir, en los tiempos perdidos de María Castaña.

Gracias a ella, que no sabe qué coño ha comido hoy pero recuerda perfectamente la laca que usó el 3 de Abril de 1953, me recuerda que hubo un tiempo donde las palabras y las frases hechas eran más ingeniosas y más iluminadas.

Ante un día de calor en el que decides salir con ropa inadecuada con la cual seguro que sudarás la gota gorda, mi santa madre exclama: " Pero si con ese sueter vas a coger la titétia moruna!" Y con eso ya te ha dicho que vas a morirte de calor y con suerte te licuas hasta desaparecer.

En cambio, a finales de verano, cara a la noche, si no llevas alguna prenda de abrigo te recrimina: "¿Vas a salir así, a cuerpo gentil? haz el favor y llevate una rebequita", eso sí, aunque sea sobre los hombros...

La "rebequita" (diminutivo de rebeca ) puede ser sustituida en el caso de un hombre por la "guayavera", que realmente es una prenda de vestir cubana. No me digais más, no sé de dónde se lo sacó... o , en caso de una jovencita, la "torerita".
Cuando comienza el buen tiempo y te atreves con ropa más fresca y veraniega ella, que tiene su termostato corporal alterado, te dice enseguida:
- ¿Vas a salir así de fresco con el frio que hace?
- Máma, hace un calor de morirse!
- Sí, calor forastera...no te digo....
Y con eso te echa por tierra el querer lucir "tipitín" antes de tiempo

Ante el olor de un enchufe que comienza a quemarse, mi madre husmea con la nariz en cuesta y hace una pregunta retórica: ¿No oleís a bakelita? Y en eso, mi madre es un auténico perro perdiguero. Su olfato es fino, fino...

Un día compré un juego de cama y se lo mostré con orgullo pero ella no estaba muy convencida: "Te quieres gastar tan poco dinero que al final has terminado comprándote este "Telerete", refiriéndose a una tela de mala calidad.

Y no se te ocurra ir muy guapo a verla para que no te suelte eso de "estás hecho un primor" o si has adelgazado y estás con buen cuerpo ( es decir, un poquito gordito ) enseguida te toca el brazo y con ojos melindrosos te dice: "Qué charnego estás"

Pero es que mi madre, diga lo que diga, es la dulzura personificada y, aunque aún me recomiende un Optalidón cuando me duela la cabeza, sé que lo hace con la buena voluntad de una madre abnegada.

Otro día hablaremos de perversiones como "Sentarse desnudo sobre un flan" o "Anidar murciélagos en el ano".






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