VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

25 ago 2019

LA TIROLINA Y LA TEORÍA DE CUERDAS.



Pepito Ojete-Colgón, un valenciano de 46 años, inaguró apena hace unos meses una gran tirolina en el Centro Comercial de Bonaire en donde, gracias a un cable, niños y grandes pueden atravesar los exteriores del recinto por arriba de los viandantes. La diversión estaba asegurada y la adrenalina a flor de piel.

Hace escasos dos meses sucedió algo realmente extraño. Hacia el final de la tirolina, cuando los niños se tiraban, aparecía una agujero negro tipo vórtice al final de ésta que engullía a los infantes que aparecían en la Manga del Mar Menor, hablando con acento murciano diciendo "Qué é lo queé?..."

Fue la policía de Murcia quien avisó que en plena Manga aparecían niños a unos seis metros de altura que caían al agua sin cesar. Los padres fueron a recogerlos y denunciaron a Pepito Ojete-Colgón por la atracción que fue cerrada provisionalmente.

Los científicos hicieron varias pruebas tirando por la tirolina, por ejemplo, un salchichón del Carrefour y, fuera de todo pronóstico, estos aparecieron de la nada cayendo del techo de la Catedral de Burgos sobre los feligreses allí concentrados. En 24 horas la iglesia se lleno de pobres.

¿Por qué ese vórtice al final de la tirolina?

No habían respuestas para tal pregunta. Así que un científico se tiró pero despacito, sujeto por más de un arnés que controlaba la policía en la rampa de salida, para pararse justo a milímetros de tal agujero negro saliendo de repente una tarta de merengue que se empotró en su cara.
En seguida lo volvieron a subir a la base y le limpiaron el rostro. Era un hecho inexplicable.

Alguno propuso que se tirasen por allí varios políticos a ver, si con un poco de suerte, caían en medio del Adriático. Dijeron que no.

Así que tuvieron que quitar la dichosa tirolina porque muchos padres, hartos de sus hijos, los tiraban al vórtice a ver si caían en mala postura.

Hoy ya no existe la tirolina pero todos se preguntan: ¿Estará el vórtice infernal o se habrá convertido en un Primark?....

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6 ago 2019

AGRIPINA, LA PAYASONA DEL PUEBLO



Agripina Gandarillas Bertomeu es una mujer recia de un pueblo, casi aldea, perdido entre las montañas que se llama Valpasito de la Almendra Marcona (Murcia).
A sus 63 años, Agripina goza de un humor excelente y, sin ir más lejos, se inyectó bajo la piel de su cara olivas del Gordal para convertirse en la "mujer albóndiga". Más de diez se insertó.
Algunos vecinos estuvieron semanas sin salir de casa por miedo a encontrársela de cara.
"Solo quiero que se diviertan mis paisanos"- nos dice chocarrera y bienhumorada.

Una vez cogió varios gorriones por los alrededores del pueblo y les pegó en la cara dos pelotas de tenis tintadas de negro plateado. Las soltó por la aldea y comenzó a gritar lo gordas que venían las moscas este año.
El pánico se apoderó de los apenas 56 habitantes que gastaron media fortuna en insecticidas viendo volar semejantes esperpentos.

Otra vez la gallina tuvo siete pollitos y no tuvo mejor idea que cogerla, pegarle con Loctite los siete polluelos a lo largo del cuerpo y soltarla a medianoche por la calle. Los aldeanos, en medio de la penumbra,no sabían qué coño era aquello lleno de bultos que iba dando bandazos por la calle y se acercaba a ellos.

Agripina fue alcaldesa dos años seguidos. Su mandato acabó cuando se rompió la campana de la iglesia y, como no había dinero en las arcas, hizo construir una de arcilla, como los botijos. A la primera campanada se deshizo en pedazos y les cayeron todos los trozos a los lugareños causándoles heridas leves, cortes y magulladuras.

Un año hubo una inmensa plaga de mosquitos que azotó la aldea y ella misma se encargó de poner  una solución que no afectase al cultivo de las berzas, con lo cual, no debía fumigar ni echar productos químicos. Agripina trajo una caja enorme repleta de murciélagos que, efectivamente, acabó con la plaga del mosquito.
El problema fue que proliferaron tanto por la cantidad de alimento que, una vez exterminados todos los mosquitos, los murciélagos comenzaron a atacar a la gente para beber sangre y sobrevivir.
Tres. Tres fueron las ambulancias del Centro de Donación de Sangre que tuvieron que acudir para reponer el vital elemento a los campesinos anémicos.
Parecían paredes encaladas de lo blanco que estaban pero....es que...Agripina es asíns....






                   Gente del pueblo rezando para que le entre el conocimiento a la buena de Agripina.