VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

24 dic 2018

SOY UN MIERDA ( Parte 1: Mi infancia )


Desde el momento que nací estuve destinado a ser un mierda. Incluso hay algo de orgullo en serlo porque no es lo mismo ser un mierda que ser un gilipolla. Para nada.

Cuando nací, en el parto, ya pensé la suerte que tuve en nacer en casa rica porque creía que mi madre tenía un abrigo de bisón. Eran los pelos del chumino.
Cuando tuve cuatro años tuve un amigo invisible que me dejó de hablar porque no le hacía mucho caso. Tenía problemas como el déficit de concentración y no rendía en la escuela: me sentaba de espaldas al profesor, sacaba los libros de Historia en Matemáticas, me equivocaba de clase y entraba a Párvulos mientras yo mismo me decía"esto me suena...será un Deja-vú", en medio de una clase creía que era el recreo y me ponía a almorzar...

Tuve disléxia y decía cosas como vamos a bañarnos a la Cristina o me gusta el color Macarrón.

Así como los niños pequeños quieren ser de mayores futbolistas o veterinarios, yo quería ser sexador de pollos o escritor de galletas de la fortuna.
Me hice amigo de un niño al que creía que estaba enfermo y que sufría cansancio crónico e ictericia. De mayor descubrí que era asiático y que el cansancio no era debido a que no podía ni abrir los ojos.

Cuando tomé por primera vez la Comunión por casi me atraganto con la Ostia que se me quedó pegada al paladar. Ahí comulgué dos veces porque después mi padre me dio otra hostia, esta vea con H.

Repetí varios cursos porque los profesores no entendían como asistiendo a clase olvidaba lo que aprendía con anterioridad. Incluso intenté comerme una flauta porque ponía en la funda "flauta dulce".

Sólo jugué al fútbol, en mi vida 3 nanosegundos ya que al pitar principio de partido el balón impactó en mi cara haciéndome desistir del deporte.

Iba al cine en mi pueblo y no entendía por qué todo el mundo esta cara a la pared. Luego me explicaron qué era una pantalla de cine.

Cuando descubrí mi sexualidad me torcí la columna vertebral intentando violarme yo mismo.

Descubrí la música y me hice melómano. Todo fue mejor cuando después de varios años me enseñaron que, para que sonase la música, debía poner en marcha el tocadiscos. Por eso todas las canciones me parecían iguales.

Me expulsaron del cole por contar un chiste en público:
-¿Qué es pequeño y rojo, y repta por tu pierna intentando subir?
-Un bebé abortado con nostalgia por volver a casa.


Cuando ví que los demás niños se reían opté por ser el gracioso de la clase. En es momento quise ser el centro de atención hasta hoy.

-¿Cómo sacarías a un bebé de una batidora ?
-Sorbiendo con una pajita.



-¿Qué hace plop, plop, fissssss, fissssss ?
-Dos bebés gemelos en un baño de ácido.


-¿Qué es rojo, está en frente de un espejo, y se hace cada vez mas pequeño ?
-Un bebé peinándose con un pelapatatas.



-¿Qué es negro y rosa y huele fatal ?
-Un bebé jugando con un soplete.


-¿Cómo puedes hacer que tu bebé deje de saltar en su cuna ?
-Pones velcro en el techo.
-¿Y cómo lo bajas ?
-Llamas a algún amigo, le vendas los ojos y le dices que hay una piñata…



Yo era un no parar.....


Continuará....



22 dic 2018

COSAS QUE HACER CUANDO ESTÉS MUERTO Y QUIERAS SEGUIR DANDO POR CULO


La Muerte es un poder igualatorio que nos llega a todos y, por tanto, también a los descerebrados que necesitamos ser constantemente el centro de atención.

Se creé que, una vez muerto, ahí se acaba todo. Puede ser...o no. Porque en vida puesdes planificar cómo tocar los cojones después de muerto. Por ejemplo:

Haz un testamento que, al leerlo, lo primero que diga sea: "Dejo todos mis bienes a las Reales Putas de Valladolid", un poco más de texto y, finalmente, que el abogado lea el verdadero testamento que, de seguro, habrá provocado ya el íctus en más de un ávido familiar.

También puedes conchavarte con un amigo para que, una vez después de muerto, use tu teléfono móvil y llame al resto diciendo: "Pues resulta que en el Infierno también hay Wi-Fi".

Otra gracia innata puede ser pedir por escrito que, si te incineran, te llenen todo el traje de maiz. Así cuando te quemen se convertirán un sabrosas palomitas de maíz que asustarán a los de la funeraria y provocará un olorcillo festivo a cine de barrio en los alrededores.

Por último, como última voluntad puedes pedir que te pongan el traje mortuorio del revés, esto es, que la espalda de la chaqueta te quede en la parte de delante. Así parecerá que te hayan metido en el ataúd bocabajo pero que tu cabeza ha dado la vuelta.

Y ya como "bonus track", si supieras que estás muy enfermo y que te vas a morir en un par de semanas, podías programar en Facebook para que en un mes apareciera en tu perfil un post que pusiera: Miau!
Sería un Post...Mortem.