VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

4 ene 2018

GENTE QUE SE QUEDA EN EL MEDIO


Todos hemos sido víctimas de esas personas con el poder matemático de quedarse en mitad de un sitio de paso: justo en una puerta, andando por el pasillo, dejando el carro de la compra en medio del comercio... Son personas molestamente matematicas capaces de desarrollar equaciones de alto grado para taponar cualquier sitio público.

Gente que camina lenta por un largo pasillo en la cual no puedes adelantar ni por la derecha ni por la izquierda. Ocupa justamente el medio del pasillo con una precisión milimétrica. Como en las carreras de autos, intentas adelantar, zigzaguear o pasar por entre las piernas....imposible. Y lo peor: que son personas lentas, agónicas, perezosas....El pasillo se te hace más largo que el del resplandor. Estas personas suelen ser vistas en hospitales, vías de escape y terminales de avión.

Otras personas que parecen el Jueves son las que cruzan el carro de la compra en una gran superficie, en uno de los pasillos. Miran los estantes dejando el carro justo en medio, de manera calculada tipo NASA. Y no digamos aquellos que, el día de más afluencia de compradores del Carrefour, hacen tapón cuando se encunetran con amigos y, en vez de apartarse a un lado, se quedan hablando de estupideces en mitad del cogollo y el maremagnum de personas. Ya les puedes llamar la atención que te miran como si fueras loco. Te recuerdan a los castores desviando el flujo del rio con sus galerias de ramas y mieda. La diferencia es que estos tienen una buena hostia en toda la cara con la mano abierta y llena de chinchetas. La falta de educación por su parte se merece que alguien coja carrerila y estampe su carro contra los suyos.

Otro imbécil tipificado es aquel ser asqueroso que se para a hablar por teléfono móvil en el quicio de una puerta de entrada o salida. Da igual que sea la de Urgencias, la de bomberos o la de Alcalá Meco. Te tapona e impide el paso de cualquier persona. Pero esto es un arte. Pararse justo en medio, bajo el quicio, sin espacio ni movilidad, ni siquiera en estado de alerta, es de ser muy preciso.

El "Perdone" casi ni lo oyen porque se abstraen de manera radical y solo te dedican un gesto bobalicón acompañado de la onomatopeya "Ee...."


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