VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

25 mar 2014

LA PENOSA VIDA DE JOSELE FONSECA


Hay gente que ya viene marcada desde antes de su nacimiento. Josele Fonseca fue un buen ejemplo de lo injusta que es la vida.
Ya en el coito donde fue concebido, a su padre le entró un calambre en la pierna al llegar al climax. El embarazo de la madre fue de riesgo ya que ella trabajaba en una barra americana restregando el potorro por toda la barra.
Cuando nació, el ginecólogo le puso al recién nacido encima de la madre para el primer tacto materno-infantil a lo que la madre respondió con un manotazo "Quitarme este asco de encima, coño!"

Josele pasó cinco días en la incubadora justo cuando actuaba en el hospital un desaprensivo que pegaba capones a los neonatos que se hayaban dentro. Fué detenido justo al día siguiente del alta.

Su madre, que al principio le daba el pecho pasó a darle biberones....pero no el contenido, no...el biberón envase! Sufrió mucho del estómago.

Cuando se escolarizó le detectaron "Déficit de Atención" cuando vieron que se sentaba en el pupitre de espaldas a la pizarra y cara a sus compañeros.
Este déficit de atención se acompañaba con una ligera dislexia dando lugares a conversaciones como esta:
- ¿Cómo te ha ido el colegio hoy, querido?
- Tambores.

Josele entró en la pubertad y confundió su vello púbico con moho, por lo cual decía que, pusiera como pusiera su pene, siempre le indicaba el Norte.
Los padres de Josele se separaron cuando tenía 13 años y el niño pasó a vivir con su tía Brigida quien lo educó sobre bases cristianas sólidas. Fue monaguillo pero duró poco porque con su déficit de atención y dislexia, cuando en Misa decía el cura "El cuerpo de Cristo" éste decía "Almendros" en lugar de "Amén".

Pasó a estudiar Formación Profesional y se hizo fontanero. Ya preveía que en su vida iría con el agua al cuello.
No le faltó trabajo y, en una de esas chapuzas caseras conoció a Virtudetes, una hermosa niña cuatro años menor que él de la que se enamoró pese a que tenía una pierna más corta que la otra y, como era bastante pobre para comprarse un alza, se puso una tostadora vieja bajo el zapato para equilibrarse. Lo malo es que, a veces, al subir a un bordillo, se disparaba alguna tostada. Poca cosa.

Tras años de matrimonio, Virtudetes fallece de un simple ataque de estornudos, ya que la pilló sin el alza y, al estornudar, cayó hacia delante golpeándose con la freidora Magefesa que se encontraba repleta de albóndigas de carne.

Josele ya no encontraba razón para vivir. Se sumió a una enorme depresión e, incluso, intentó suicidarse arrojándose al vacio. Pero como era disléxico apretó en el ascensor el -1, que era el parking, y dando un absurdo salto se cayó de culo.

Rancia y potrosa era su vida. Sin dinero. Sin amor. Con muy pocos recuerdos a causa de su déficit de atención. Tanto fue a más el déficit , que se olvidó de vivir. De respirar. De ver. De enamorarse. De oler. De rezar. De reír. De llorar....
Y sin más pena que gloria su cuerpo se fue consumiendo poco a poco como se marchita una rosa. Y su vida dejó de valer lo poco que valía...
Hermosa es la vida. Y cruel... Sólo viven los que se olvidan de sufrir....

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