VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

14 oct 2018

CONVERSACIONES EN ASCENSORES


Si buscas la palabra "incómodo" en Internet seguro que sale una foto de dos personas en un ascensor.
¿Por qué se nos nubla el día cuando bajamos por el ascensor y para en un piso donde sube otra persona? Enseguida ves la cara del otro como pensando: "Joder, la cagamos" y tu sonrisa delata un "quiero morir".

Qué incomodo es compartir un sitio tan pequeño con alguien que apenas conoces o no conoces. Porque dices: "para hablar del tiempo, ni hablo y me ahorro hacer el ridículo" y notas que la tensión se corta en el ambiente.

Pero hay solución para todo. Según la doctora Yocasta Almusafes Mildiu, hay un aparato que ha creado ella misma que se conecta en el techo del ascensor y dispara unas frecuencias parecidas al "suero de la verdad". Esto hace que no te incomode hablar de cualquier cosa que te ha ocurrido y vayas a realizar. En cierto modo, desinhibe a las personas y logra quebrar el silencio incómodo y más cuando se trata de un edificio con muchos pisos y un trayecto largo.

- Buenos días
- Muy buenos días
- ¿Qué tal empieza el día?
- Pues mira, al salir de casa me he tirado un pedo que he dejado al gato tosiendo en el comedor.
- Vaya. Pues yo, pese a ducharme, tengo un picor en la huevera que flipas. Claro, es que ayer me
   depilé la seta y se conoce que se me ha irritado toda la zona franca.


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-  Buenos días! Uy, qué olor a mierda. Huele a pedo y yo acabo de entrar.
- Saca conclusiones.


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- ¿Qué tal vecino?
- Pues con sueño. Os escuché toda la noche chingar como conejos pero veo que no se ha cumplido mi
  deseo de que te infartaras penetrando a la putilla.
- Pues casi me da. Menos mal que me corro aprisa y no llegó a más. Si no, la palmo.


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- Buenos días vecino. Me alegro de coincidir contigo. Fui yo quien, sin querer, te rompió el retrovisor
  del coche haciendo maniobra.
- Ah, ¿Fuiste tú? Pues yo le rayé el costado al vecino de la puerta 12 creyendo que había sido él.
- No, fui yo. Perdón. El que tú dices de la puerta 12 es el que se jinca a tu hija.


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- Hola, vecina, ¿Qué haces para tender esas sábanas tan blancas y limpias?
- Lo primero, no revolcarme cada día con el primero que me entra. Y luego uso Ariel.



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- Uy, ¿Y este chiquito tan guapo?
- Mi hijo. Saluda al señor.
- Holaaaa
- Qué simpático! Sería la hostia que fuera tuyo realmente.
- Es que mi Paquita es muy puta...



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- Joder, yo que quería bajar solo, sin nadie y entras tú.
- Si no fuera porque hubiera quedado como el culo, no hubiera entrado y me hubiera echado por el hueco de la escalera.



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- Hombre, ya está aquí el subnormal de la escalera.
- Suerte que me dejé el cutter en el escritorio, si no te rajo de arriba a bajo.


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