Cada vez que veo un anuncio en el que comen fibra, ensaladas o cereales me pregunto ¿De qué se ríe la puta? Porque la fibra no da la felicidad.
No sé si os habéis fijado que prácticamente en ningún anuncio de comida "sana"sale un hombre. Todo va dirigido a las mujeres. ¿Discriminación positiva?
Yo estoy harto de comer fibra. No por lo de cagar y todo eso, sino por bajar el colesterol, limpiar el cuerpo y perder un poco de peso. Como tanta fibra que cago jerséis. Tengo al dueño de Zara todo el día pegado a mi ojete para poner más niños a trabajar en la sucursal.
Y es que el aparato digestivo es como Ikea. Si entras no sales hasta el final. Y cuando sales estás hecho una mierda.
Yo me imagina esos copos de avena pegándose sobre las vellosidades intestinales junto a las semillas de Lino en un viaje soez y chocarrero. Además, todas esas semillas producen muchos gases y, si eres de los que no van a diario al baño, corres el peligro de que del interior de tu cuerpo te salga un esqueje o te perfore el intestino una rama de árbol. Por qué. Porque las semillas, al estar en contacto con las heces, hacen de fertilizante y florecen.
Se conoce el caso de Agustín Almendra Gómez el cual murió porque una planta de hiedra le subió por la columna vertebral hasta el occipucio.
Cualquier anuncio de cereales crueles, tipo All Bran, se representa con gente que se descojona mientras lo come. Seguramente sea risa nerviosa pensando "no me comeré yo una paella de Valencia en lugar de esta mierda".
Risa sardónica, gases, estupidez....muchos contras para la fibra. Porque, si se trata de comer fibra puedes comerte una vaca salvaje que, de seguro, está bien fibrada.
Y si es tan bueno cualquier vegetal o semilla por qué te prohíben el chocolate si es cacao?
La fibra es como el cine español: malo, sin gusto alguno y es intragable.
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