Para algunos, vivir una aventura pornográfica es tan excitante como ver a un chino poniéndose una lentilla. Nada de eso.Yo vivo en un constante devenir de sexo duro. Y quiero morir.
Os explico:
La hipoteca, el plazo del coche y los seguros me dan por culo sin parar. La luz, el agua y el gas me pegan cada follada que me vuelvo del revés. La ITV y las revisiones del coche me la sudan. La contribución y los permisos de circulación, recogida de basuras, etc...me la pelan a dos manos con artritis.
Las pocas veces que he ido al cine o he salido a cenar me han jodido vivo llegando a casa sin dinero, sin dignidad, aburrido y humillado.
Vivo en un cuarto oscuro sin ventanas al exterior.
Entre lo poco que gano y lo que me retienen es un doble anal doloroso, humillante y arrabalero.
En el trabajo le tengo que lamer el culo a mi jefe constantemente. En cambio, él, me manda a tomar por culo varias veces en la misma jornada. Mis compañeros no paran de joderme. Y mientros esto pasa, otros miran esperando su turno para tocarme los cojones.
Cada vez que reposto en una gasolinera me chupan hasta la cartera. Cuando creo que podría llegar a final de més, me surge un imprevisto y me quedo sin dinero. Enseguida me tengo que poner de rodillas ante quien sea para que me suelte un par de billetes hasta el día de cobro.
Hasta cuando voy a la Iglesia me hacen ponerme de rodillas! Eso sí, de besos...cero.
¡Tu puta madre!
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