Aprender es una estupidez. No es algo útil si sabes que vas a acabar muerto. De qué te sirve. Es como contestar a la pregunta de si un sordociego es consciente de que está vivo.
Aprender conlleva un gran esfuerzo, muchos fracasos, guardar muchas ideas y conceptos que hay que interrelacionar entre sí y estoy seguro de que ocupa algún lugar en el cerebro.
Hay que estudiar algo, ponerse a trabajar y ganar un sueldo medio decente para poder sobrevivir y poder comer. Si no hiciéramos esto, moriríamos de hambre. Si lo hacemos, morimos igual. Entonces, ¿por qué trabajar?
Morir de gusto, morir de pena, morir de risa, morirse de intriga. La muerte es un concepto que nos acompaña desde el nacimiento. Una vez que nacemos no paramos de morirnos. Entonces, pues, por qué tanto miedo a la muerte. Por qué no hablarle a los niños de ello. Es mejor decirlos que el abuelito está en el cielo o encima de una nube. Dispuestos a enmascarar la verdad dile que la vida es bonita, que es fácil encontrar trabajo, que el amor viene solo y que las alcachofas no dan gases.
Todo son mentiras. Todos somos mentiras y la única verdad es que todas las verdades, incluso ésta, son mentira.
Ya me he perdido. Mentira.
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