VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

12 jul 2024

LA VIDA ES UNA MIERDA (Y CUANDO TE MUERES, MÁS).

 


La vida es una mierda y cuando te mueres, más. Según dicen los expertos, cuando falleces pasa como una película de toda tu vida antes de morir definitivamente. Es decir, que además de que te mueres, te tienes que tragar una película española, de autor, con unas interpretaciones pésimas y un argumento manido e insustancial.

Realmente es un biopic pero, en vez de un artista famoso, es de un don Nadie que su único mérito fue respirar.

La película es de vergüenza ajena y más de tres cuartas partes sales haciéndote pajas. Las escenas de pedos, mocos y eructos son repetitivas y aportan poco o nada a la historia. Las caras de asco y los comentarios soeces son el hilo conductor del personaje principal.

Escenas felices, pocas, junto a escenas dramáticas como cuando conocí a mis parejas y cuando me mandaron a tomar por culo, las infidelidades de ellas, las escenas de depresiones en la que te haces el fuerte pero lloras con la música del Telediario o cantidad de momentos en el que el protagonista no quería estar donde estaba.

Al final del todo la película te deja un regustillo agridulce: me porté bien aunque a ratos fui un poco cabronazo. Y como en cualquier film, los finales son abiertos y hay una doble lectura sobre la narración: para unos, el "prota" es bueno y actúa conforme la vida le va poniendo obstáculos. Para otros tantos, el protagonista es una mezcla de Benny Hill y Woody Allen en el que, cosa que hace, cosa que caga.

Las escenas oníricas de momentos felices van acompañadas de música con canciones importantes en mi vida, un placer que hace algo masticable el rollo macabeo de ese cine experimental español que igual te ves como Miguel Angel Silvestre que te pareces a Gracita Morales cuando la corteja  Jose Luís Lopez Vázqquez.

3 jul 2024

SÍNTOMAS DEPRESIVOS EN LAS HORMIGAS QUE HAN SUFRIDO UN PERCANCE

 


Una nueva investigación ha comprobado que las hormigas manifiestan indicios emocionales en determinadas circunstancias y que son más optimistas cuando toman azúcar, si bien no son capaces de contagiar sus emociones a otras hormigas.

Según la Universidad de Miscojones, pusieron un chip a una hormiga al azar pero murió del peso de ésta. A los días lo volvieron a intentar con otra hormiga pero esta vez sólo pintándola de purpurina para diferenciarla. Querían hacer un seguimiento del comportamiento de estos seres en la vida cotidiana.

La prueba se llevó acabo en una región boscosa de Honduras y, pasado unos días de grandes lluvias, una avalancha desplazó una montaña moviendo toneladas de tierra, piedras, árboles y arbustos  y llevándose por delante la colonia a la que pertenecía  ladera a bajo.

Francisca, que así se llamaba la hormiga, de repente y tras el trauma del deslizamiento de tierra, se fue a tomar por culo perdiendo la colonia, las demás hormigas, su hogar y su vida entera.

Sin rastro que seguir, miraba a derecha e izquierda y no veía un punto de referencia conocido, ya que el corrimiento de la tierra modificó el paisaje de manera abrupta. Sin rastro, ni orientación, medio aturdida y algo malherida, Francisca comenzó a hiperventilar por sus espiráculos ( pequeños orificios a los costados de su cuerpo que permiten realizar el intercambio de gases al sistema traqueal.) y a sentirse perdida, desolada y sin un futuro cierto. Ella sabía que las hormigas solitarias mueren antes debido al estrés oxidativo. Así que sin futuro, sola y dolorida quiso poner fin a su existencia lanzándose por un precipicio. Pero como su peso era insignificante, Francisca voló y voló hasta irse a tomar por culo más lejos si podía.

Intentó ponerse delante de un oso hormiguero pero al llevar purpurina el osos creía que era un Ferrero Roché y pasó de ella como de la mierda.

Francisca, finalmente, murió fulminantemente tras la caída de un mango maduro sobre ella. Depresiva, sola y descangallada, Francisca vivió....una vida de mierda.