VAYA FINAL TRISTE PARA UNA VIDA DE MIERDA

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29 jun 2020

HOMOSEXUALIDAD EN LOS LANGOSTINOS DE VINAROZ



El langostino es un crustáceo decápodo llamado Penaeus Kerathurus y que sólo nos acordamos de él en Navidad o cuando vamos a Vinaroz a comer un rico arroz, como decía Manolo García.

Sílfido Bertomeu Molletes era un investigador naturista muy amigo de Cousteau con el cual no paraban de hacer inmersiones en la Real Acequia del Júcar e investigaban la vida marina más allá de los documentales hechos para el gusto mainstream de los teleespectadores.

Sílfido descubrió un comportamiento homosexual en los langostinos mientras chupaba la cabeza de uno de ellos. Descubrió que la coraza o capa de queratina que los envuelve fue, en antaño, una manera de protegerse de los insultos de sus otros congéneres más atrasados y, con el paso del tiempo, ese exoesqueleto se hizo más blando porque la Cultura fue haciendo mella en el fondo marino y los demás crustáceos se fueron haciendo más tolerantes hasta llegar a la normalidad.

Se ha evidenciado comportamientos monógamos junto a otros más promiscuos en cócteles de gambas.
También se han encontrado evidencias de pederastia al encontrarse algunas veces cópulas de langostinos con algún camarón.

Los ojos saltones de estos crustáceos son el resultado de millones de años de enculadas a traición y la forma casi curvada de estos animales se debe a la predisposición de sexo.
Estos animales odian el nombre de "Rufino" desde que Luz Casal dio a entender que invitaba a comer langostinos. Para ellos, un centollo es un langostino macho ciclado.

La prueba más evidente de su homosexualidad es que son bonitos, gustan mucho, a veces llevan gabardina y, como hemos mencionado antes, los puedes ver tanto en el fondo del mar como en un buffet selecto o, pese a no tener wi fi, navegando por las redes.



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